1. 
2. Fumando el quinto cigarrillo de la noche estuve recordando tu sonrisa, siempre impresionante, un elemento placentero para la imaginación.
3.
4. Antes de conocerte te imaginaba como símbolo de grandes solemnidades. La imagen que de ti has forjado roza ese aire delicioso que devanea entre la malicia y un toque virginal. Seguro estoy de que has pasado horas y horas frente al espejo, adquiriendo una técnica que apunta hacia el delirio ajeno y que has trasplantado en tu actitud frente a la cámara. No opino nada bueno ni nada malo hacia ello, es tu forma de ser, así lo comprendo o lo he tenido que comprender...
4. ...para qué, es la pregunta...
5. Si alguna certeza guardo sobre ti es que te gusta llamar la atención, por eso los constantes cambios en el color de tu cabello, en tus tus cortes o peinados, en tu forma de vestir... y, por supuesto, en tu caminar que seguramente sigue robando miradas a diestra y siniestra. Tus afanes de absoluto siempre miraron hacia lo mundano, por eso me gustas... ¿o gustaste?
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7. Cruel broma del destino es que ahora, en el séptimo cigarrillo, recuerdo que las primeras impresiones que de ti tuve, afortunada o desafortunadamente, fueron por medio de fotografías. Definitivamente es algo morboso preguntarme si sigues siendo tu fotógrafa oficial, o si el espejo se ha vuelto tu único confesor, o si cuando estás desnuda alguien más te captura en los recuerdos como en su momento lo hice yo...
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9. Reconozco, que pensar en ti se me ha vuelto un pequeño trago de veneno en estos días. Bueno, creo que así suele pasar después de lo que ambos nos hicimos.
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12. No te he visto esta temporada de lluvias, no sé que ha sido de ti aunque lo probable es que no te reconocería aún si te tuviera frente mí, y tal vez tu harías lo mismo. No lo sé... quién sabe... quien sabe.
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