Y de repente despertar del sueño,
o pesadilla,
Preguntarse "¿en dónde carajos estoy?"
Seguir las convenciones arquitectónicas y llegar al ice box,
al refrigerador pues,
Abrir la mágica puerta y no encontrar nada más que cerveza para calmar la furia de la resaca.
Y durante 15 minutos no hacer nada más que padecer,
tal vez,
y por un breve instánte,
Limpiar la mente de la mayor cantidad de prejuicios,
y contemplar la propia condición humana.
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